sábado, 30 de agosto de 2014

Día 1 después de ti.

Ya no hay nada.
No hay risas.
No hay conversaciones hasta las tantas.
No hay tonterías.
No hay deseo.
Solo quedan llantos,
quizá nostalgia también.

Te has ido, y me has dejado de herencia estos sentimientos.
Seguramente ya estés buscando donde acurrucarte,
y eso es algo que me enerva.

Cuando menos lo esperaba,
llegó la tormenta. 

Ya no estás,
pero aún eres.

Y tardarás en desaparecer.

jueves, 28 de agosto de 2014

Miedo.

Parece que fue ayer cuando me dijiste '¿Qué hacemos?' y te referías a nosotros.
Yo respondí 'no sé' y esa fue mi sentencia.  

Siempre fui muy indeciso. Ese 'no sé' me define por completo. 
Nunca he sabido lo que quiero, siempre he sido en mí mismo una indecisión. Soy indeciso a la hora de dar una contestación, para escoger algo de comer, para comprar una camiseta, para todo en esta vida. 
Y sí, es inseguridad. Inseguridad por no saber qué es lo correcto (¿Y quién sabe qué es lo correcto?) Siempre he tenido miedo a equivocarme. 
[Miedo. Esa palabra que parece que tengo grabada por dentro] 
Y aún creyendo que no me equivocaba, me equivoqué muchas veces.

Después de ese 'no sé', yo ya sabía que todo había acabado. Porque yo había decidido no arriesgarme por ti. No quería quererte, solo tenerte. Y fue el miedo, sí.
Me llegaste a decir el 'me encantas' más bonito del mundo. Pero ahí estaba él. Como siempre.
Porque no podía arriesgarme a quererte sin saber con seguridad [ahí está mi inseguridad] que ibas a dar todo por mí.
Y el miedo pudo conmigo (y contigo también).
Y pienso que algún día alguien me querrá tanto que lo hará desaparecer.
O que un día me la jugaré y lo arriesgaré todo por alguien. No será hoy. 
Hasta el momento, tendré que convivir con mi fiel compañero.